El origen de un arte educativo
El Aikido es un arte marcial japonés creado por Morihei UESHIBA O-SENSEI (Gran Maestro). Desarrolló su concepto como una forma de promover la paz entre las personas y así volver un mundo más seguro y saludable. A través de las técnicas básicas circulares los más jóvenes aprenden las posturas y, llegado el momento, aceptar a un adversario de manera no agresiva sino con una respuesta pacífica y controlada.
Beneficios Constantes
El Aikido en la franja adolescente desarrolla una gran capacidad física, flexibilidad, concentración, equilibrio (tanto físico como mental), y contribuye a que los niños/as se sientan mejor con su cuerpo dándoles mayor confianza en sí mismos y mejor comunicación con la etapa siguiente de adulto.
Nuestro grupo de estudio, tras la petición de adhesión (supervisión paterna/materna) y posterior aceptación dado el caso, permite que los jóvenes a partir de 14 años de edad (como referencia) combinen las sesiones programadas con el adulto porque creemos en la necesidad de que también los jóvenes puedan entender a través de los conceptos del Aikido tradicional, la disciplina y concentración necesarias para confrontar retos y superarlos (por ejemplo: temerle a niños más grandes, afrontar las dificultades que se van encontrando, cultivar la perseverancia, el esfuerzo, la concentración en el estudio…). Así, la sesión conjunta combinada con el adulto les hace enfocarse en las técnicas y conceptos propuestos dentro de un ritmo y ambiente que favorece su aprendizaje. En función del ejercicio a compartir, el Sensei les pondrá juntos para descubrir entre ellos la esencia de lo explicado o con el adulto para potenciar sus capacidades. Aportándoles seguridad y canalizando su hiper-actividad iran aprendiendo, a través de la disciplina diaria, a comportarse de manera más adecuada y responsable.
El Aikido ayuda a desarrollar una mejor coordinación y psicomotricidad física y a mejorar su equilibrio, a través de diferentes ejercicios y del buen aprendizaje de la caída –ukemi– se evitaran las tan temidas lesiones y accidentes volviendo el gesto de proteger el cuerpo como algo natural. Hay que tener en cuenta también que la metodología y programa que se trabaja en la disciplina lo vuelve una actividad de lo más completa, ya que implica el uso total los músculos del cuerpo, de todas las maneras posibles. También hay que resaltar que las actividades son variadas, dentro de la clase se motiva al aikidoka con la práctica de diferentes ejercicios y actividades pedagógicas, desarrollando así buenos reflejos y aptitudes positivas, mejorando su funcionamiento psico-motor.
Ejercicio grupal de equilibrio para saber coordinarse por un fin común.
Comparten por parejas los conceptos explicados.
Concepto 'Tada Ima'
Siendo un arte japonés educativo muy apropiado para estas edades, tiene infinidad de aplicaciones para la persona, entre ellas el autocontrol, disciplina, autodefensa dentro de un entorno de respeto, silencio y compañerismo. Precisamente los puntos fuertes que han hecho a muchas familias acercarse para formar parte de nuestra Entidad han sido que querían que sus hijos se impregnaran de su filosofía, de su dinamismo, de su concepto cargado de valores para darles un crecimiento equilibrado y completo.
Sin fomentar la competición, el Aikido no produce sobreexcitación nerviosa, ansiedad, ahogo, frustración, lesiones… sino más bien autoconocimiento y comprensión para ser más conscientes de nuestras posibilidades y limitaciones respetando nuestro entorno y la posibilidad de corregir un error (ataque de un adversario) y transformarlo devolviéndolo en positivo (técnica disuasoria en respuesta no-violenta). Este enfoque de autodefensa, desde edades tempranas, les ayudará a reaccionar y canalizar una agresión con reacciones automáticas e instintivas de defensa muy apropiadas actualmente con los casos de maltrato y acoso escolar.
Las sesiones
Se estructuran respetando la etiqueta y protocolo original del Aikido, empezando por preparar y acondicionar el cuerpo con ejercicios adaptados y siempre destinados a la disciplina (psicomotricidad, flexibilidad, agilidad, coordinación, etc) para poco a poco de forma natural ir entrando en técnica finalizando con la vuelta a la calma y relajación. Con las sesiones se irá potenciando la sensación agradable en el practicante de ir compartiendo práctica y aprendizaje envolviéndose en una disciplina pacífica y de autodescubrimiento.
Ejercicios en grupo, en pareja, gestos en solitario, con el adulto, con armas tradicionales, etc todo ello volverá al joven practicante en una pieza participativa clave en clase donde cada uno aportará en beneficio del conjunto.
Las sesiones están orientadas a brindarles un espacio para explorar y desarrollar todos sus potenciales tanto física, mental, espiritual como social. A través de los ejercicios aplicados de coordinación y psicomotricidad, técnicas de defensa, formas, posturas y diversas prácticas propuestas en un clima divertido y dinámico, se integran todos los aspectos del aprendizaje del practicante.
Van consiguiendo coordinar todo el cuerpo en equilibrio de forma variada y divertida.
Fomentan compañerismo, esfuerzo, colaboración, ayuda mientras realizan ejercicio.
Entrega Diploma de examen
Saludo símbolo de respeto
Se evalúa el avance con examenes de pases de grado KYU
Gran implicación de los alumnos. Cada uno aprende a su ritmo ayudándose los unos a los otros dentro de un ambiente cordial.
Con un programa de evolución muy determinado y estructurado siempre tienen la guía del Sensei para un avance adecuado.
Predisposición para las sesiones
Es esencial que los jóvenes cojan una rutina en sus actividades y el Aikido no ha de ser diferente. A través de la constancia, la actitud del practicante ha de ser de plena motivación deseando que llegue su sesión donde se encontrará con sus amigos y compañeros así como con su Sensei al que respetará y crecerá con él “cogidos de la mano”. De forma natural irá aprendiendo y descubriendo aspectos nuevos que compartirá en clase y poco a poco irá asumiendo como sencillos, prácticos y espontáneos. Sintiéndose cada vez más integrado y a gusto con los ejercicios y técnicas a realizar dentro de un ambiente respetuoso, amigable y muy entretenido irá avanzando dentro de su proceso evolutivo empapándose de la filosofía y formas que propone este maravilloso arte educativo.
Mediante la relación con sus compañeros, jóvenes y adultos, el aikidoka aprende a cooperar, respetar y aumentar su autocontrol, no solo en la Escuela sino también en el transcurso de su vida diaria, en el colegio y en casa.
Experiencias en el ámbito nacional e internacional
Explicando en una sesión adaptada a niños de entre 5 y 12 años. Asistencia de 70 niños. Agadir (Marruecos)
Calentamiento inicial para empezar a activar las articulaciones. Agadir (Marruecos)
Practican con entusiasmo siguiendo las directrices marcadas. Rodemack (Francia)
Van descubriendo las sensaciones a través del contacto. Rodemack (Francia)
Los más jóvenes van aprendiendo el manejo del sable dentro de un ambiente agradable y divertido. Bigues i Riells (Barcelona)
Notan su avance y comprensión a través de las herramientas de estudio. Bigues i Riells (Barcelona)
El aprendizaje está personalizado para que el crecimiento del joven aikidoka sea el más adecuado. Fes (Marruecos)
La ilusión y alegría por aprender se transmite en cada gesto haciendo que su práctica sea efectiva. Fes (Marruecos)