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El origen de un arte educativo

El Aikido es un arte marcial japonés creado por Morihei UESHIBA O-SENSEI (Gran Maestro). Desarrolló su concepto como una forma de promover la paz entre las personas y así volver un mundo más seguro y saludable. A través de las técnicas básicas circulares los niños/as aprenden las posturas y, llegado el momento, aceptar a un adversario de manera no agresiva sino con una respuesta pacífica y controlada.

Beneficios Constantes

El Aikido en la franja (pre)adolescente desarrolla una gran capacidad física, flexibilidad, concentración, equilibrio (tanto físico como mental), y contribuye a que los niños/as  se sientan mejor con su cuerpo dándoles mayor confianza en sí mismos y mejor comunicación con la etapa siguiente de adulto.

 

En la actualidad en nuestra Escuela se imparten clases a niños/as a partir de 10 años de edad (como referencia) combinando las clases con el adulto porque creemos en la necesidad de que los jóvenes practicantes puedan aprender en el Aikido tradicional, la disciplina y concentración necesarias para confrontar retos y superarlos (por ejemplo: temerle a niños más grandes, afrontar las dificultades que se van encontrando, cultivar la perseverancia, el esfuerzo, la concentración en el estudio…). Así, la práctica junto al adulto les hace enfocarse en las técnicas y conceptos propuestos dentro de un ritmo y ambiente de clase que favorece su aprendizaje. En función del ejercicio a desarrollar, el Sensei (Maestro) les pondrá juntos para descubrir entre ellos la esencia de lo explicado o con el adulto para potenciar sus capacidades. Aportándoles seguridad y canalizando su hiper-actividad iran aprendiendo, a través de la disciplina diaria, a comportarse de manera más adecuada y responsable.

El Aikido ayuda al niño/a a desarrollar una mejor coordinación y psicomotricidad física y a mejorar su equilibrio, a través de diferentes ejercicios y del buen aprendizaje de la caída –ukemi– se evitaran las tan temidas lesiones y accidentes volviendo el gesto de proteger el cuerpo como algo natural. Hay que tener en cuenta también que la metodología y programa que se trabaja en la disciplina lo vuelve una actividad de lo más completa, ya que implica el uso total los músculos del cuerpo, de todas las maneras posibles. También hay que resaltar que las actividades son variadas, dentro de la clase se motiva al niño/a con la práctica de diferentes ejercicios y actividades pedagógicas, desarrollando así buenos reflejos y aptitudes positivas, mejorando su funcionamiento psico-motor.

Ejercicio grupal de equilibrio para saber coordinarse por un fin común.

Comparten por parejas los conceptos explicados.

Concepto

Siendo un arte marcial japonés educativo muy apropiado para todas las edades, tiene infinidad de aplicaciones para el practicante, entre ellas el autocontrol, disciplina, autodefensa dentro de un entorno de respeto, silencio y compañerismo. Precisamente los puntos fuertes que han hecho a muchas familias acercarse a nuestra Escuela han sido que querían que sus hijos se impregnaran de su filosofía, de su dinamismo, de su formación cargada de valores para darles un crecimiento equilibrado y completo. 

Sin fomentar la competición, el Aikido no produce sobreexcitación nerviosa, ansiedad, ahogo, frustración, lesiones… sino más bien autoconocimiento y comprensión para ser más conscientes de nuestras posibilidades y limitaciones respetando nuestro entorno y la posibilidad de corregir un error (ataque de un adversario) y transformarlo devolviéndolo en positivo (técnica disuasoria en respuesta no-violenta). Este enfoque de autodefensa, desde edades tempranas, les ayudará a reaccionar y canalizar una agresión con reacciones automáticas e instintivas de defensa muy apropiadas actualmente con los casos de maltrato y acoso escolar.

Las clases

Se estructuran respetando la etiqueta y protocolo original del Aikido, empezando por preparar y acondicionar el cuerpo con ejercicios adaptados y siempre destinados a la disciplina (psicomotricidad, flexibilidad, agilidad, coordinación, etc) para poco a poco de forma natural ir entrando en técnica finalizando con la vuelta a la calma y relajación. Con las sesiones se irá potenciando la sensación agradable en el practicante de ir compartiendo práctica y aprendizaje envolviéndose en una disciplina pacífica y de autodescubrimiento.

Ejercicios en grupo, en pareja, gestos en solitario, con el adulto, con armas tradicionales, etc todo ello volverá al joven practicante en una pieza participativa clave en clase donde cada uno aportará en beneficio del conjunto.

Las clases están orientadas a brindarles un espacio para explorar y desarrollar todos sus potenciales tanto física, mental, espiritual como social. A través de los ejercicios aplicados de coordinación y psicomotricidad, técnicas de defensa, formas, posturas y diversas prácticas propuestas en un clima divertido y dinámico, se integran todos los aspectos del aprendizaje del practicante.

Van consiguiendo coordinar todo el cuerpo en equilibrio de forma variada y divertida.

Fomentan compañerismo, esfuerzo, colaboración, ayuda mientras realizan ejercicio.

Entrega Diploma de examen

Saludo símbolo de respeto

Se evalúa el avance con examenes de pases de grado KYU

Gran implicación de los alumnos. Cada uno aprende a su ritmo ayudándose los unos a los otros dentro de un ambiente cordial.

Con un programa de evolución muy determinado y estructurado siempre tienen la guía del Sensei para un avance adecuado.

Predisposición para la práctica

Es esencial que los jóvenes cojan una rutina en sus actividades y el Aikido no ha de ser diferente. A través de la constancia, la actitud del practicante ha de ser de plena motivación deseando que llegue su sesión donde se encontrará con sus amigos y compañeros así como con su Sensei al que respetará y crecerá con él “cogidos de la mano”. De forma natural irá aprendiendo y descubriendo aspectos nuevos que compartirá en clase y poco a poco irá asumiendo como sencillos, prácticos y espontáneos. Sintiéndose cada vez más integrado y a gusto con los ejercicios y técnicas a realizar dentro de un ambiente respetuoso, amigable y muy entretenido irá avanzando dentro de su proceso evolutivo empapándose de la filosofía y formas que propone este maravilloso arte educativo.

Mediante la relación con sus compañeros, jóvenes y adultos, el aikidoka aprende a cooperar, respetar y aumentar su autocontrol, no solo en la Escuela sino también en el transcurso de su vida diaria, en el colegio y en casa.

Experiencias docentes Aikido infantil en el ámbito nacional e internacional

Explicando en una clase adaptada a niños de entre 5 y 12 años. Asistencia de 70 niños. Agadir (Marruecos)

Calentamiento inicial de clase para empezar a activar las articulaciones. Agadir (Marruecos)

Practican con entusiasmo siguiendo las directrices marcadas. Rodemack (Francia)

Van descubriendo las sensaciones a través del contacto. Rodemack (Francia)

Los niños van aprendiendo el manejo del sable dentro de un ambiente agradable y divertido. Bigues i Riells (Barcelona)

Notan su avance y comprensión a través de las herramientas de estudio. Bigues i Riells (Barcelona)

El aprendizaje está personalizado para que el crecimiento del joven aikidoka sea el más adecuado. Fes (Marruecos)

La ilusión y alegría por aprender se transmite en cada gesto haciendo que su práctica sea efectiva. Fes (Marruecos)